Forma asexual de un hongo cuya fase perfecta no hemos encontrado. Los carpóforos son pequeñas cabezitas, como cerillas, anaranjadas o rojizas sujetas con un pie más o menos largo, que desarrollan sobre excrementos sobre todo carnívoros y especialmente perros o zorros. VER DESCRIPCIÓN COMPLETA.
Sección transversal de la cabeza fértil donde se aprecia una estructura muy homogénea formada por un solo tipo de hifas, trama monomítica.
Trama del carpóforo monomítica, formada por un solo tipo de hifas filamentosas y con tabiques desprovistos de fíbulas.
Todas las hifas terminan en la superficie de la cabeza formando conidióforos filiformes e incolores.
Observados en rojo congo se aprecian mejor los conidióforos en cuya extremidad se forman las esporas asexuales o conidios de uno en uno.
El pie es blanco, blanco amarillento o blanco anaranjado, de hasta 5 mm de largo por 1 a 2 mm de diámetro, con superficie finamente villosa si se observa con una lupa.
Sección longitudinal del pie donde se aprecia una estructura monomítica similar a la de la cabeza fértil, formada por hifas filamentosas dispuestas de manera paralela, longitudinal y muy compacta lo que le da lugar a una textura casi coriácea.
Trama monomítica con hifas finas, filamentosas y con tabiques desprovistos de fíbulas.
Las hifas más superficiales presentan terminaciones emergentes que forman una pilosidad que se aprecia con la lupa cuya función sería retener humedad ambiental.