Volvopluteus gloiocephalus (DC.) Vizzini, Contu & Justo


Seta comestible característica por su porte de Amanita, pero con láminas rosadas en la madurez, sin anillo y con sombrero viscoso.

A diferencia de las especies del género Amanita con las que guarda grandes parecidos la superficie del sombrero es muy viscosa y pegajosa y se pela con bastante facilidad.

Esto es debido a que la cutícula del sombrero está formada por una capa de hifas filamentosas dispuestas más o menos paralelamente a la superficie , como se puede ver en la parte superior de la foto, lo que le da resistencia y aspecto apergaminado.

Sin embargo las hifas superficiales (las inferiores en la foto) aparecen muy levantadas y separadas entre sí, esto es debido a que están impregnadas de una sustancia viscosa de manera que con la humedad se hinchan y se separan y cuando se seca se pegan y le dan ese aspecto brillante y sedoso.

En detalle se aprecian las terminaciones de las hifas muy separadas entre sí y envueltas por una sustancia mucosa, gelatinizadas.

Bajo el sombrero se encuentra el himenio, lo más importante del carpóforo, formado por laminas y laminillas al principio blancas y en la madurez rosada, con la arista ligeramente pulverulenta o ciliada si se observa con lupa.

Las láminas son bastante finas y en sección transversal presenta una parte interna, la trama, formada por hifas que se separan hacia los bordes para dar lugar a los basidiolos, basidios y cistidios, se trata de una trama bilateral o divergente que facilita que estas láminas se abran fácilmente por el centro.

 La superficie de las láminas está tapizada por las terminaciones de las hifas que dan lugar a basidiolos en forma de cachiporra.

Estos basidiolos maduran y dan lugar a las esporas sobre cuatro esterigmatos convirtiéndose en basidios.

Entre los basidios y basidiolos aparecen otros elementos de mayor tamaño y diferente morfología, los cistidios, que ayudan en la dispersión de las esporas.


La arista de las láminas por el contrario está dominada por grandes cistidios muy salientes, fusifomes o en forma de puro que son los que dan ese aspecto ciliado a la arista.

Los basidios producen gran cantidad de esporas que se tiñen muy poco con el rojo congo y aparecen casi con su color natural ligeramente rosado. Esporas en rojo congo

Son elipsoidales , de paredes lisas y gruesas, con un apículo por donde se sujetaban al esterigmato del basidio y algunas con grandes vacuolas de sustancia de reserva en su interior. Esporas en rojo congo.

Por último estos carpóforos al principio están envuelto en un velo general blanco que se abre y queda la mayor parte en la base del pie formando una volva y más raramente algún trozo membranoso amplio sobre la superficie del sombrero.

Este velo general vemos que está formado totalmente por hifas filamentosas entretejidas entre sí lo que le da una fuerte consistencia y resistencia a la desintegración.


Las hifas de este velo son muy gruesas y provistas de tabiques sin fíbulas.