Variedad de Peziza que desarrolla sobre restos de madera enterrados de color
marrón claro o café con leche como muchas otras, pero su principal
característica es su carne formada por 5 capas claramente diferenciadas. VER DESCRIPCIÓN COMPLETA .
El apotecio está constituido de
una membrana relativamente gruesa, aunque muy frágil y en la cual observada con
detenimiento se puede apreciar una parte central un poco diferenciada.
Una sección transversal del
apotecio vista en agua nos pone en evidencia la existencia de cinco capas muy
bien diferenciadas, de derecha a izquierda una capa superior, el himenio,
formada por elementos alargados perpendiculares a la superficie, paralelos y
levemente teñidos de marrón, por debajo, más a la izquierda, otra capa gruesa
incolora y formada por hifas con células globulosas o esféricas, de estructura
celulósica, una capa central de apariencia filamentosa y más compacta y que
divide netamente por la mitad la carne del apotecio y por donde se abre si se
aprieta la preparación y a simple vista se observa como una línea más
oscura, más internamente y a la
izquierda en la foto viene otra gruesa capa formada nuevamente por hifas
cortas, globulosas o cilíndricas y por último la capa más a la izquierda que
corresponde a la capa más exterior, el excípulo, que aparece más netamente
coloreada, está formada por hifas más estrechas, con células más alargadas,
cilíndricas y concatenadas, con pigmento intracelular marrón.
Observada la sección en Melzer la
capa superior, a la derecha, aparece más azulada debido a la presencia de
almidón que con el yodo se pone azulado, amiloide, corresponde a la capa
himenial de ascas y parafisos, el resto con el color del colorante.
En rojo congo igualmente
diferenciamos las cinco capas que forman la estructura del apotecio de Peziza
varia.
Con más detalle se aprecia a la
izquierda la capa central formada por hifas filamentosas, dispuestas
paralelamente a la superficie, algo entremezcladas, tabicadas e incoloras y que
forman una división interna de la carne, a ambos lados, después la capa himeniforme
de células gruesas y a la derecha la capa subhimenial de hifas filamentosas.
La capa externa del apotecio, en
la parte baja de la foto, constituye el excípulo externo, formado de estructura
filamentosa y apoyada internamente en la capa himeniforme (parte superior de la
foto).
La superficie externa está
constituida por unas terminaciones de hifas gruesas por encima de la capa
inferior con células globulosas o piriformes.
La superficie externa o excípulo
externo en rojo congo permite ver mejor las hifas que emergen, cilíndricas,
flexuosas, algunas ramificadas y con tabiques sin fíbulas.
Detalle de las hifas del excípulo
que le dan un aspecto afelpado a la lupa.
La parte fértil o himenio ocupa la
superficie interna o superior del apotecio, lisa o con algunos pliegues poco
marcados, marrón clara o color avellana o café con leche.
En una sección de la parte
superior del apotecio vista en Melzer vemos la capa de elementos fértiles a la izquierda
formando como una empalizada de elementos alargados dispuestas
perpendicularmente a la superficie que son las ascas y los parafisos. En Melzer
se ven azulados por la presencia de almidón en las ascas que le da esta
coloración.
Capa himenial de ascas y parafisos
vista en agua por encima de la capa himeniforme de células globosas..
Las ascas son terminaciones de
hifas, gruesas, muy alargadas y cilíndricas en cuyo interior se forman 8
esporas uniseriadas que salen al exterior a través de una abertura superior u
opérculo.
Las ascas y parafisos si los
observamos en Melzer, reactivo que contiene yodo, se ven con las extremidades
de las ascas azuladas porque contienen almidón, amiloides.
Detalle de ascas en distintos grados de madurez en rojo congo.
Detalle de ascas en distintos
grados de madurez en en Melzer con la extremidad teñida de azul.
Las ascas unas vez maduras se
abren por una pequeña tapita en la extremidad, el opérculo, por donde salen las
esporas.
Entre las ascas se observan otras
terminaciones de hifas, muy finas, filiformes, muy poco tabicadas y solo
ramificadas o bifurcadas en la base y ligeramente engrosadas en la extremidad,
son los parafisos cuya función es ayudar a dispersar las esporas.
Por último los elementos más
importantes de estos apotecios son las esporas que se forman en el interior de
las ascas.
Las esporas son elipsoidales, de paredes gruesas, lisas y sin
vacuolas evidentes en su interior.