Gasteromicetos





 






Los Gasteromicetos en la antigua concepción que es la que vamos a considerar en este trabajo, comprenden setas que como en el caso de los Basidiomicetos inician su desarrollo a partir de un primordio o huevo que presenta una envoltura general, análoga al velo general de los Agaricales en cuyo interior se forma el himenio que no abre hasta su total madurez.
Peridio externo de Lycoperdon lividum 
La envoltura externa aquí se le denomina Peridio externo, en la mayoría de los casos presenta una estructura celulósica, 
Hifas con células esféricas o globulosas, estructura celulósica, de Lycoperon lividum
formada por hifas con células globulosas, esféricas o piriformes que se rompen con facilidad en cualquier dirección, sin dejar fibras, es una estructura muy friable en la madurez se descompone y desaparece o queda en forma de gránulos o escamas.
En algunos casos como en el Geastrum triplex da lugar a una envoltura que se abre y se cuartea muy fácilmente.
Presenta una estructura celulósica muy compacta que se abr en estrella.
 
Peridio externo de Lycoperdon echinatum formando aguijones
En otros casos presenta una estructura himeniforme formada por hifas con células más bien cilíndricas pero cortas, dan lugar a unas estructuras lago más consistentes y menos frágiles y con un sentido de rotura, dando así aguijones más o menos largos.
Peridio externo de la volva de Mutinus caninus de naturaleza filamentosa
Y por último en otros casos presentan una estructura claramente filamentosa y entonces es más consistente y permanece en forma de membranas o sacos basales, volva.

Por dentro presenta otra envoltura interna, el “Peridio interno”, que protege la parte fértil del hongo, en general suele presentar una estructura filamentosa y con hifas fuertemente tejidas y entremezcladas, por lo que es más consistente y solo se abre en la madurez por uno o varios poros, por una abertura irregular o se descompone totalmente para dejar salir las esporas.
 
Peridio interno de Bovista plumbea teñido con rojo congo
En el interior se encuentra la parte fértil, la “Gleba”, equivalente al himenio de los Basidiomicetos y Ascomicetos.

La gleba inicialmente suele ser compacta y carnosa, de estructura filamentosa con hifas tabicadas y muy fácilmente deleznable, o más raramente filamentosa e inmersa en una masa viscosa como es el caso de los Phallales, pero en ambos casos al madurar se descompone casi totalmente o se convierte en una masa viscosa y maloliente. En su interior se forman los “Basidios” muy difíciles de observar porque al madurar se descomponen y producen las “Esporas” que es lo que realmente vemos y ocupa la mayor parte de la gleba.
Basidios de Bovista plumbea
Basidios de Rhizopogon roseolus teñidos con rojo congo
Basidios sueltos de Rhizopogon roseolus
En la mayor parte de los Gasteromicetos las esporas son esféricas o globulosas, de paredes gruesas e impregnadas de pigmento ocráceo o marrón y con superficie lisa o provistas de verrugas, tubérculos o aguijones. 

En algunos casos, como en Phallales y Nidulariales las esporas son prácticamente incoloras, de paredes lisas y más o menos elipsoidales o casi cilíndricas.
Esporas de Bovista plumbea con restos de esterigmatos con los que se sujeta a los basidios
En algunos casos las esporas portan pequeños segmentos filamentosos de “esterigmato” procedentes de los basidios que se desprenden y aparecen sueltos en las preparaciones, algo importante en la determinación de algunas especies.
Esporas y capillicio de Bovista plumbea
Estos basidios se apoyan sobre un entramado de filamentos que constituyen el “Capillicio”, que en algunos casos también se desintegran con los basidios y en otros quedan como elementos importantes en la determinación de las especies. El capillicio esta constituido por filamentos de paredes muy gruesas y en algunas especies esclerificadas, poco ramificados y en general sin tabiques. 
Capillicio de Bovista plumbea con paredes fuertemente esclerificadas
En algunos casos las paredes gruesas y esclerificadas pueden presentar poros.
Capillicio con poros en la pared de Lycoperdon giganteum
E igualmente en algunas especies como en Tulostoma los filamentos del capillicio pueden presentar algunos tabiques dispersos exageradamente inflados.
Capillicio de Tulostoma brumale con tabiques dilatados
En muchos casos la gleba presenta un soporte basal la “Subgleba” constituido por un tejido estéril que no produce esporas sino que puede dar lugar a un pie más o menos desarrollado para ayudar a dispersar las esporas. 
Gleba y subgleba de Lycoperdon umbrinum
Esta subgleba puede estar constituida por hifas filamentosas que con la edad sus paredes se van engrosando e incluso esclerificando dando lugar a estructuras muy consistentes como vasos (Cyathus, Crucibulum) o largos pies muy duros como el Tulostoma.
Sección del ciato de Crucibulum laeve
Hifas esclerificadas de la subgleba de Crucibulum laeve
En otros casos presentan una estructura celulósica o himeniforme y dan lugar a pies carnosos, pero muy frágiles y que se rompen como tiza.
Gleba y subgleba de Phallus impudicus
Estructura de subgleba celulósica de Phallus impudicus
Detalle de hifas de subgleba de Phallus impudicus
El caso más espectacular es el de los falos y estrellas malolientes, Phallales, donde la subgleba presenta una estructura celulósica muy compacta, de paredes gruesas y que da lugar a un tejido que recuerda al caucho sintético que tiene la virtud de hincharse rápidamente y estirarse en muy poco tiempo nada más romperse el velo general o huevo que protege el carpóforo.
Subgleba de Phallus impudicus después de desaparecer la gleba