Ganoderma lucidum (Curt ex Fr)Karst



Yesquero inconfundible por su forma de pipa o espátula con un largo pie y su superficie muy brillante y como barnizada, de un llamativo color rojo vivo. Sin interés culinario por su textura.


Lo que más llama la atención de este yesquero y en general de todas las especies del género Ganoderma es la superficie del sombrero que aparece como lacada.


Una sección de la superficie del sombrero nos muestra que las hifas que constituyen el interior del sombrero o trama, en la superficie ( a la izquierda de la foto) aparecen rojizas y claramente diferenciadas del resto.


Una visión más cercana nos muestra que las hifas emergen de forma perpendicular a la superficie e impregnadas de una especie de resina. Esta resina se suelta en forma de gotas, más evidentemente cuando se calienta o se pone una llama en su proximidad.


Las hifas que constituyen esta capa se disponen de forma muy compactada, paralelas entre sí y perpendiculares a la superficie y con paredes esclerificadas e impregnadas de una sustancia resinosa rojiza.


La parte inferior de la seta presenta diminutos orificios por donde salen las esporas o simientes, elementos más importantes del hongo que garantizan su continuidad.


Las esporas del género Ganoderma también son muy particulares, presentan una forma elipsoidal y están provistas de una doble pared, de las cuales la externa presenta un extremo redondeado y el otro truncado.


Una vista más cercana de las esporas nos muestra la pared interna de la espora fuertemente rugosa y otra envoltura externa con un poro germinativo truncado en uno de los extremos. Estas esporas parece ser que contienen gran cantidad de principios activos para nuestro organismo y desde hace unos años se utilizan (Reishi), como antiinflamatorias, antirreumáticas, antitumorales, etc, en muy diversas enfermedades.


El resto de la seta está constituido por un entramado de tres tipos de hifas (trama trimítica), una hifas generativas que solo se encuentran en la zona fértil de los orificios que son las que producen basidios y esporas, no fáciles de ver y otras dos estériles, esqueléticas y conectivas que le dan consistencia al carpóforo.


Las hifas esqueléticas son gruesas, poco ramificadas, muy rectilíneas y con paredes fuertemente engrosadas, la mayoría muertas.


Las hifas conectivas son más finas, ramificadas y retorcidas que actúan como un ensamblaje de todas dando así a la seta una consistencia dura, leñosa y ligera, con mucho aire. En general estas hifas son muertas y presenta mucho menos principios activos que las esporas.