Morchella fluvialis Clowez, P. Alvarado, M. Becerra, Bilbao & P.-A. Moreau

Seta característica por la forma de panal o colmena, colmenilla, que presenta su parte superior, más o menos cónica, con pliegues longitudinales paralelos, sin valécula o pequeña cavidad que deja el sombrero en su sujeción con el pie que en general es tan largo o más largo que la cabeza himenial. VER DESCRIPCIÓN COMPLETA.
La cabeza fértil o himenio presenta profundos pliegues, que dan lugar a celdillas alargadas o regulares y casi isodiamétricas, de color claro, arcilloso a ocrea claro o marrón o marrón amarillento, más decolorada con la edad y completamente adherida al pie por la base sin dejar hueco entre la cabeza y el pie.
La cabeza fértil está constituida por un tapiz de estructuras alargadas, ascas, intercaladas con otras estructuras similares, pero poco más delgadas que son los parafisos.
Las asca de hasta 20 micras de grosor en la madurez son más gruesas que los parafisos y más alargadas y salientes y en su interior se forman las esporas.
El contenido de las ascas, especialmente inmaduras, se tiñe más intensamente con el rojo congo que los parafisos con lo que destacan sobre éstos.
De igual manera observadas en Melzer el contenido de las ascas absorbe mejor el colorante de yodo que los parafisos, pero ninguna parte se azulada ni marrón rojiza lo que indica que no contienen sustancias amiloides, son ascas inamiloides.
Las ascas presentan una base delgada, sinuosa y no ensanchada, en cuyo interior se maduran 8 esporas elipsoidales.

Las esporas se forman en los extremos de las ascas en número de ocho que al crecer van ocupan el resto de la célula en hilera.

Las esporas son elipsoidales, de paredes lisas y de contenido muy uniforme, prácticamente incoloras al microscopio en agua y con rojo congo se colorean netamente y dejan patentes las numerosas granulaciones que contienen en su interior y en su exterior, especialmente en los dos extremos.
Entre las ascas aparecen gruesos filamentos, de menor grosor de las ascas y poco más cortos, tabicados y ensanchados en su extremidad, los parafisos.
Estos parafisos la mayor parte ligeramente capitados posiblemente intervengan en la expulsión y dispersión de las esporas.
Detalle de las extremidades de los parafisos y de las ascas.
Los parafisos presentan varios tabiques en la base y algunos provistos de unos abultamientos, las fíbulas, mediante las cuales crecen y se ramifican.
El himenio está formada por crestas reticuladas bastante delgadas que se adhieren al pie sin dejar un seno o valécula entre ambas, las crestas de 1 a 2 mm de grosor son blanquecinas y frágiles.
Por debajo de las ascas, el interior o trama de de las crestas del himenio, está constituido por un conjunto de hifas muy gruesas, muy ramificadas, con células muy cortas, casi himeniforme, por lo que las crestas se rompen sin dejar fibrillas.
Interior o trama de una cresta himenial de donde nacen las ascas y parafisos que forman toda la superficie himenial.

Estas hifas internas son muy gruesas, de células cortas y ligeramente estranguladas en los tabiques, cilíndricas o en cubilete, por donde se fracturan fácilmente sin dejar fibras.
Detalle de la extremidad de una de las hifas de la trama con todo su contenido repleto de gruesas vacuolas.
Pie cilíndrico o progresivamente engrosado hacia la base, con superficie blanca o crema muy finamente granulosa.
Toda la superficie del pie está constituida por terminaciones alargadas de las hifas que forman la carne o trama del pie, que es similar a la que forma la trama de las crestas del himenio.
Estas terminaciones de hifas recuerdan a los parafisos del himenio, más gruesas y claviformes pero menos capitadas y con mayor contenido vacuolar, algunas se agrupan en gruesos ramilletes que dan lugar a las escamillas o granulaciones que se aprecian a simple vista.